miércoles, 8 de mayo de 2013

Deporte escolar


Se denomina deporte en edad escolar a todas aquellas actividades que, de forma organizada se celebran fuera del programa de la asignatura de Educación Física en los centros educativos. Un concepto diferente a deporte en edad escolar.
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Uno de las objetivos, sino el principal del deporte escolar, será el de complementar el desarrollo educativo del participante, para satisfacer las necesidades individuales; orientado siempre a la educación integral al garantizar su participación, permitiendo el desarrollo armónico de su personalidad, a la consecución de unas condiciones físicas sanas y la generación de hábitos deportivos.

La actividad física y el deporte en la actualidad son hechos sociales de considerable importancia: desde el deporte de competición, el deporte espectáculo, deporte salud y el que para nuestro caso es el más importante, el deporte escolar usado como herramienta educativa, tanto para sus practicantes como para los mismos espectadores. VER EL FANATISMO DEPORTIVO.

Es importante hacer claridad de como "la Educación Física es una de las disciplinas pedagógicas (asignatura) considerada dentro de los planes de estudio, cuyos esfuerzos están orientados al desarrollo armónico e integral de los educandos que asisten a los colegios. Y el deporte por su parte, es uno de los recursos importantes que emplea dicha educación, para lograr sus propósitos.
En tanto que los docentes y sobre todo los responsables de las políticas educativas no comprendan las diferencias que existen entre la asignatura y el recurso (deporte) que se emplea para lograr avances educativos; ni la Educación Física, ni el deporte, podrán rendir sus frutos a una sociedad que tanto lo necesita"

"Enseñanza Deportiva y deporte escolar

Las expresiones dan lugar a un campo conceptual equivoco en algunos sentidos, en tanto que no permite identificar claramente el tipo de práctica o actividad que subyace en tal expresión, ni precisa por tanto, cuál es el significado, el sentid0 y la finalidad de la misma.
Como han puesto de manifiesto algunos autores (Blázquez, 1995; Devís, 1995), lo que tradicionalmente se entiende como práctica deportiva, es la que tiene lugar en los centros de enseñanza, fuera del horario lectivo, organizada y estructurada por instituciones y asociaciones a partir del modelo del deporte federativo, y que se desarrolla generalmente, bajo la forma de competición. Para el desarrollo de la misma, se usa un sistema de "liga" o "copa" (eliminación y premio) en la que cada uno de ellos participa con uno o varios equipos, y donde se adoptan los modos y rituales propios del mundo de la competición.

Obviamos aquí la polémica cuestión sobre la adecuación y conveniencia. ¿Para qué? y ¿Para quién? y ¿Porqué? la práctica deportiva se debe enfocar de esta manera en los centros escolares, cuestión en la que, por otra parte, tendrían mucho que decir los integrantes de la comunidad educativa. Lo que si hemos de subrayar es el hecho de que esta forma de entender y realizar deportes en el centro escolar es selectiva por su naturaleza, lo que la convierte en una actividad apropiada únicamente para los más capacitados , contribuye a reproducir la idea de segregación de sexos en la práctica deportiva, tiende a minimizar el carácter lúdico y recreativo que debería presidir su realización y, por mimesis con el modelo que la sustenta; propicia la incorporación de algunos valores, actitudes y conductas que tienen lugar en el mundo de la alta competición cuyo valor ético y moral es bastante cuestionable.

Por tales hechos, si la forma de práctica deportiva escolar se limita exclusivamente a la que está orientada hacia la competición, tal práctica deportiva escolar es insuficiente, desde el punto de vista de la formación de actitudes y hábitos positivos hacia la realización de actividades deportivas, en la mayor parte del alumnado del centro. En efecto, dicha orientación no sólo limita enormemente las posibilidades de participación de los estudiantes menos capacitados, sino que además, tiende a subordinar el elemento lúdico y recreativo de la práctica deportiva al competitivo.

Tal situación, también puede considerarse como insuficiente desde una perspectiva educativa, al no existir un enfoque de dicha práctica que favorezca y promueva una visión integradora de la misma, como actividad de encuentro y diversión conjunta de niños y niñas; y al centrarse en métodos de enseñanza y aprendizaje basados en la repetición y en la automatización, que restringen la espontaneidad del estudiantado, su autonomía y, frecuentemente, su capacidad de reflexión sobre la práctica.
No se trata de cuestionar solamente la adecuación y conveniencia de un deporte escolar orientado a la competición, como de subrayar la importancia y necesidad de que en los centros educativos se abran otras posibilidades de deporte escolar más apropiadas a la naturaleza y significado del contexto donde tiene lugar.

Una práctica deportiva que propicie, desde la reflexión y la práctica, el desarrollo de las distintas capacidades (cognitivas, motrices, de equilibrio personal, de relación interpersonal y de inserción social) de los estudiantes, contribuyendo así a su formación y desarrollo personal.
Así pues, aunque las actividades deportivas se realicen afuera del horario lectivo, no tengan un carácter académico y sean opcionales, deben estar inmersas con el Proyecto Educativo. Para los niños y niñas no existe un tiempo de formación y otro diferente. Sus experiencias cotidianas, sus sensaciones y percepciones, la información que asimilan y procesan, configura el cauce por el que transcurre la vida en cada uno de ellos (Hernández y Velázquez, 1996).

En coherencia con este planteamiento educativo, de la práctica deportiva extra escolar, y en relación con el aspecto metodológico y organizativo de las mismas, es preciso que no se sigan transfiriendo de forma acrítica valores, planteamientos, formas de juego y métodos de entrenamiento técnico-táctico del ámbito competitivo al educativo. Su inadecuación y falta de validez se ha puesto de manifiesto en repetidas ocasiones (Durand, 1998), siendo necesario profundizar en aquellos. Los procedimientos organizativos y métodos de enseñanza que puedan hacer posible que las virtudes educativas de estas actividades lleguen a todos los niños y niñas que deseen participar en ellas; motivándolos hacia su práctica de manera que no se favorezca el abandono de las mismas, al término de su etapa escolar, lo que en la actualidad constituye un hecho comprobado y problemático (Durand, 1988), (García Ferrando, 1990).

Por otra parte, desde el punto de vista de la finalidad que ha de tener la iniciación en la práctica de actividades deportivas, tales actividades constituyen en las sociedades actuales, un contenido cultural que vincula fundamentalmente, a la salud física, mental y social de los individuos y a su utilización como una opción para el tiempo libre, respecto al cual todo parece indicar que irá en aumento en las próximas décadas (Hernández y Velázquez, 1996). Por ello y por coherencia con los objetivos del currículo de Educación Física, la práctica de actividades deportivas en los centros escolares deberían orientarse, sobre todo, a la contribución de un educación para la salud y para el ocio. Ello supondría profundizar en la adquisición de los conocimientos, habilidades, actitudes y valores que favorezcan la posibilidad que el estudiante quiera y pueda utilizar su tiempo libre, de manera saludable a través de la actividad deportiva, lo que, en consecuencia, contribuiría a aumentar las posibilidades de alcanzar mayores niveles de bienestar personal y social.

Respecto a la enseñanza deportiva o "iniciación deportiva" que suele tener lugar en las clases de Educación Física, el enfoque tradicional se ha adoptado en esta materia para desarrollar los contenidos educativos vinculados a la práctica deportiva se ha basado en la utilización de los sistemas de entrenamiento propios del deporte institucionalizado, sistemas que son coherentes con los valores que impregnan esta forma de entender y practicar la actividad deportiva, que  se basan en la especialización y en la automatización, que requieren gran cantidad de práctica regular, y cuya finalidad última es la de la obtención del máximo rendimiento o de la mayor eficacia posible.
Precisamente, muchos de los problemas de la enseñanza de los juegos deportivos tiene su raíz, precisamente, en la transposición de las técnicas y métodos de entrenamiento del deporte institucionalizado, orientado sobre todo a la competición, al ámbito del deporte educativo y recreativo. El desarrollo del deporte polarizado hacia la competición, en su búsqueda del mayor rendimiento, en la importancia que adquiere la victoria y en la continua lucha por ganar, generando y fomentando unas técnicas y métodos de entrenamiento coherentes con sus características y objetivos".
Extracto sacado de www. efdeportes.com.

Bueno... ¿Y las finales?.