El Colegio Garcés Navas es una institución educativa distrital en la localidad de Engativá, Bogotá, Colombia.
Este blog tratará temas relacionados con la Educación Física: informaciones, tareas, trabajos y nuevas propuestas de los estudiantes del colegio; cualquier sugerencia o material al correo sinquejarse@yahoo.com. Gracias por su visita.
miércoles, 6 de julio de 2011
El veneno dulce
Cuando se tiene un consumo excesivo diario de azúcar, el hígado llega a su máxima capacidad y se hincha como un globo y devuelve a la
sangre el exceso de glucosa en forma de ácidos grasos que se transportan a cada
parte del cuerpo. Primero, eligen las áreas más inactivas del cuerpo para
almacenarse: las caderas, el abdomen, los glúteos y el pecho. Cuando ya están
llenos hasta el tope, los ácidos grasos acampan entre órganos más activos, como
el corazón y los riñones. Es entonces cuando la función de estos órganos se
ralentiza, degenerando sus tejidos y volviéndolos grasos. El
organismo queda afectado por una funcionalidad disminuida, produciendo una
tensión sanguínea anormal que lleva al afectado irremediablemente al
sedentarismo.
El azúcar refinada no es buena, porque no aporta
ningún nutriente, solo calorías vacías.
Los azúcares son causantes muy directos de obesidad, de un desequilibrio
nutritivo y caries. Edulcorantes
químicos como el aspartamo, la sacarina y los ciclamatos se les ha relacionado
con un mayor riesgo de cáncer. El problema radica en la forma en que
incorporamos los azúcares a la alimentación, las frutas y las verduras, por sí
mismas, ya aportan azúcares en una forma más saludable.
Cuando comemos azúcar perdemos vitaminas del grupo B,
calcio, fósforo, hierro y otros elementos nutritivos que salen directamente de
nuestras reservas. Si algo es el azúcar, es un auténtico ladrón de calcio. La
solución no consiste en beber más leche y tomar más calcio, sino en una
correcta alimentación desde jóvenes.
La ingesta de azúcar causa la pérdida de
importantes minerales, sobre todo de calcio, que es automáticamente expulsado
del organismo cuando irrumpe el azúcar. El organismo no tiene más remedio que
coger el calcio de los huesos, lo que contribuye a debilitarlos, degenerando en
una osteoporosis. Las mismas caries que se producen en los dientes se van
produciendo en los huesos. No se ven, pero se sienten de mayores.
El azúcar no solo es adictivo, sino que también nos lleva a
comer de manera descontrolada. Distintas investigaciones demuestran que la
ingesta de azúcar tiene influencia sobre la leptina, hormona encargada de
mantener controlada la sensación de hambre, el azúcar descompone este mecanismo de saciedad; el que consume azúcar quiere más y más, incluso cuando ya
no tienen hambre. Si comes unos huevos dejarás de comer en cualquier momento, en cambio con unas galletas comerás y comerás sin importar si te duele el estómago. Es
evidente que esto es usado por la industria alimentaria para incrementar el
consumo de sus productos.
El azúcar, por lo tanto, es una forma de la adicción.
Es tan difícil luchar contra un antojo de dulce como lo es por un cigarrillo.
Es por ello que las dietas funcionan temporalmente. Así como el tabaco y el
alcohol, el azúcar es en efecto una droga. Por tanto el uso del azúcar debe ser desalentado y los usuarios
deben estar informados sobre sus
peligros.
El azúcar paraliza el sistema inmunológico y que
es culpable de desequilibrar la glucemia, con sus repercusiones psicofísicas:
el azúcar blanco, absorbido muy rápidamente por el intestino delgado, causa una
veloz e intensa elevación del azúcar en sangre (hiperglucemia) que conduce a un
estado de excitación física y psíquica, además de hiperinsulismo, diabetes,
úlceras estomacales, enfermedades hepáticas, obesidad, indigestión, dermatitis
seborreica, falta de concentración, ansiedad, trastornos psicológicos e incluso
comportamientos delictivos violentos son otras consecuencias que podría tener
el azúcar de más en el cuerpo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario