El sistema inmunológico tiene como función principal reconocer lo propio o no propio. Esto es importante para proteger al organismo de invasores patógenos y para eliminar células propias modificadas o alteradas. Los patógenos se pueden duplicar intracelularmente (virus, algunas bacterias y parásitos) o extracelularmente (casi todas las bacterias, hongos y parásitos).
Condiciones para que el ejercicio influencie
positivamente nuestro sistema inmunológico
Si el ejercicio
físico es intenso, moderado y de larga duración va a producir inmunodepresión
al finalizar la actividad y aumenta las posibilidades de sufrir una infección.
Esto ocurre debido a que las células inmunes migran hacia el músculo dañado,
dejando débiles otras zonas. Pero las personas que realizan ejercicio físico
durante aproximadamente 30 minutos, aunque sea de alta intensidad, no afectará
negativamente el sistema inmunológico.
Entonces el
ejercicio físico moderado va a reducir el riesgo de sufrir infecciones en
personas que habitualmente practiquen ejercicio en comparación a las personas
sedentarias. Por lo que realizar ejercicio resulta beneficioso (sin importar la
edad). El problema real aparece cuando las actividades o entrenamientos que se
realicen sean de manera excesiva y terminen por afectar el sistema
inmunológico.
Ejercicio físico suave, moderado e intenso
El ejercicio
físico en sus diferentes intensidades (suave, moderado e intenso) es capaz de
brindarle numerosos beneficios a nuestra salud y bienestar tanto a nivel
físico, mental e incluso, social. El ejercicio es capaz de adaptarse a las
condiciones, capacidades y sobre todo, necesidades de cada individuo. Por
tanto, es una opción ideal cuando queremos buscar una manera de liberar el
estrés, ayudar a nuestra salud, mejorar nuestro estado de ánimo e incluso,
ayuda a nuestro sistema inmunológico.
Debemos tomar en
cuenta que, en la actualidad, el estilo de vida de las personas que se ha
centrado en un estilo de vida sedentario, acompañado de malos hábitos
alimenticios, malos hábitos posturales, etc. ha hecho que exista un preocupante
incremento de muchas enfermedades, por lo que el ejercicio físico puede ser el
primer paso que des para una vida mejor.
Algunos de los beneficios que genera realizar
ejercicio de manera correcta (es decir sin sobre entrenamientos) son:
Ayuda a eliminar
bacterias de los pulmones y las vías respiratorias. Evitando resfriados o
gripe. Provoca cambios en los anticuerpos y leucocitos. Los leucocitos son las
células del sistema inmunitario que se encargan de combatir las enfermedades
por medio de los anticuerpos, proteínas que neutralizan las bacterias y agentes
externos. Estos circulan rápidamente con la práctica del ejercicio físico por
lo que detecta con mayor velocidad las enfermedades. Eleva la temperatura
corporal durante e inmediatamente después del entrenamiento lo que impide el
crecimiento de bacterias. Disminuye la producción de las hormonas del estrés
como lo es el cortisol y la epinefrina. El estrés puede generar un mayor
incremento de sufrir alguna infección.
Factores que ayudan a mejorar la inmunidad del
deportista
Además, tenemos
que la inmunidad de nuestro cuerpo funciona mejor teniendo en cuenta:
La alimentación:
Este es un factor que es determinante en la recuperación a los bajones de las defensas.
Cuando la alimentación es inadecuada o insuficiente se produce una disminución
de las defensas, por esa razón es conveniente mantener una dieta balanceada que
cumpla con las necesidades de cada individuo.
El descanso y
sueño: Es necesario que las personas tengan sueños de calidad y en los que
realmente puedan descansar.
El frío y
cambios de temperatura: Se debe tener cuidado al momento de entrenar porque los
distintos climas también, puede afectar, por eso es recomendable abrigarse
cuando hay presencia de frío, al igual que abrigarse inmediatamente al culminar
la actividad física ya que se evita que aparezca el frío y este pueda
proporcionarnos alguna infección.
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